Rosa de Jericó Cuidados en Maceta: Guía Completa para Mantenerla Viva

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La Rosa de Jericó, también llamada planta de la resurrección, es conocida mundialmente por su capacidad para “volver a la vida” después de años de sequía. Esta increíble especie, originaria de zonas desérticas, se ha convertido en un símbolo de resistencia, renacimiento y energía positiva en los hogares.

Si estás pensando en tener una en casa, este artículo te enseñará todo sobre la rosa de Jericó cuidados en maceta, desde su reactivación hasta las condiciones ideales para mantenerla saludable. Acompáñanos a descubrir su magia, sus necesidades reales y cómo hacer que florezca su belleza en tu espacio.

Características de la Rosa de Jericó

Para ofrecer los mejores cuidados, primero es importante entender qué hace tan especial a esta planta. La Rosa de Jericó (generalmente Selaginella lepidophylla) es una especie originaria de regiones desérticas de Medio Oriente, Asia y el norte de África. Gracias a su adaptación extrema, puede permanecer completamente seca, enrollada en forma de bola, durante meses o incluso años.

¿Cómo “revive” esta planta milagrosa?

Cuando la bola seca entra en contacto con el agua:

  • Sus ramas comienzan a hidratarse.
  • Se abre lentamente en forma de abanico.
  • Su color pasa de marrón seco a verde suave.
  • Recupera su estructura natural en cuestión de horas.

Este proceso es completamente natural y no representa un daño para la planta. Al contrario, es su mecanismo biológico para sobrevivir en hábitats áridos.

Rasgos distintivos

  • Tamaño: entre 12 y 20 cm cuando está abierta.
  • Color: verde oscuro cuando está hidratada; marrón claro cuando está seca.
  • Textura: ramas finas y flexibles que se contraen y expanden según el nivel de humedad.

Conocer estas características te ayudará a brindar adecuados cuidados, especialmente si quieres mantener tu Rosa de Jericó en maceta como elemento decorativo y energético en tu hogar.

¿Quieres aprender a plantar rosas en casa? Te invitamos a descubrir nuestro artículo: “Cómo sembrar rosas en casa y llenar tus espacios de color y vida”.

¿Cómo cuidar tu Rosa de Jericó en maceta?

A pesar de su fama de planta resistente, la Rosa de Jericó necesita ciertos cuidados básicos. A continuación te explicamos los puntos más importantes para garantizar que tu rosa de Jericó cuidados en maceta sea todo un éxito.

1. Riego adecuado: menos es más

La Rosa de Jericó no debe mantenerse permanentemente sumergida. Su forma correcta de hidratación es:

  • Colócala en un recipiente con agua por 2 a 6 horas para que se reactive.
  • Retírala del agua y déjala escurrir por completo.
  • Colócala en su plato, maceta o cuenco decorativo.
  • Repite este proceso una vez por semana.

Consejo clave: si la mantienes con exceso de agua, puede desarrollar moho o mal olor.

2. Luz: sombra brillante

Para que tu rosa de Jericó en maceta se mantenga sana:

  • Prefiere luz indirecta y evita el sol directo.
  • Puede ubicarse cerca de una ventana iluminada, pero protegida con cortina.
  • Es ideal para espacios interiores como salas, habitaciones o escritorios.

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3. Sustrato o base: no necesita tierra

A diferencia de otras plantas, la Rosa de Jericó no requiere tierra para vivir. Puedes colocarla sobre:

  • Piedras decorativas
  • Arena
  • Sustrato permeable
  • Recipientes de vidrio

Lo ideal es mantener un ambiente seco entre riegos, lo que reduce el riesgo de hongos.

4. Temperatura ideal

Como planta desértica, la Rosa de Jericó es muy tolerante, pero:

  • Prefiere temperaturas entre 18 y 30°C.
  • No resiste el frío extremo ni las heladas.
  • Evita ubicarla cerca de ventiladores o corrientes de aire frío.

¿Quieres aprender más sobre los cuidados de la Rosa de Jericó? Te invitamos a ver este breve y práctico video: “Rosa de Jericó: cuidados de la planta”.

Problemas comunes y cómo solucionarlos

Aunque la Rosa de Jericó es resistente, puede presentar algunos problemas si no se sigue correctamente su rutina de cuidados.

1. Moho o capa blanca

Causa: exceso de humedad o falta de ventilación.
Solución:

  • Retírala de la maceta.
  • Límpiala con un paño seco.
  • Déjala reposar en un lugar aireado por 24 horas.
  • Reactívala después con agua limpia y, si lo deseas, añade una gota de fungicida.

2. Hojas amarillas o textura blanda

Causa: demasiada agua o demasiados días seguidos sumergida.
Solución:

  • Reduce la frecuencia de riego.
  • Déjala secar completamente durante 4–7 días.
  • Vuelve a hidratarla solo cuando necesite reactivarse.

3. Falta de apertura

Causa: agua muy fría o insuficiente desinfección.
Solución:

  • Usa agua a temperatura ambiente.
  • Cambia el agua semanalmente.
  • Evita usar agua estancada.

¿Te interesa aprender más sobre el cuidado de las rosas? Te invitamos a leer nuestro artículo: Principales plagas de las rosas: síntomas, umbrales y control”.

Una planta milagrosa para tu hogar

Cuidar una Rosa de Jericó en maceta es una experiencia sencilla y fascinante que combina botánica, simbolismo y naturaleza viva. Ya conoces cómo se reactiva, cuáles son sus necesidades esenciales (como riego, luz y temperatura) y cómo actuar ante problemas comunes para mantenerla siempre saludable. Esta planta milagrosa, capaz de renacer una y otra vez, puede convertirse en un elemento especial dentro de tu hogar si la cuidas correctamente.

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